sábado, 26 de octubre de 2013

-perdona, se te ha caído.. -qué va, no es mío.



     Primero indiferencia. Después, se le encoge el pecho hasta que le cuesta respirar, y se pregunta dónde habrá quedado esa indiferencia previa.
     Por más que la busca, hay algo que ha tomado su lugar, y que ocupa tanto espacio, que eclipsa todo lo demás. Proyecta una gran sombra, que crece sin poder hacer nada para impedirlo. Entonces, como si fueran de la mano, aparece la impotencia, que viene con una sonrisa de oreja oreja, como recordándole eso de 'y tú que creías que lo controlabas todo...'  Y ya no puede soportarlo, intenta huir, aunque sabe que es imposible escapar de algo que llevas dentro. 
     Así que sigue buscando la indiferencia, a ver si la encuentra en algún lugar. A lo mejor se le cayó por el camino, porque lleva los bolsillos tan cargados de todo lo que no le gusta mostrar, que apenas tiene espacio para un poquito de indiferencia. 
     Se le ha ocurrido rebuscar en los bolsillos, por si acaso, y ha revuelto todo lo que había. Ahora le cuesta un poco más respirar. Seguirá escondiéndolo, cueste lo que cueste, y cruza los dedos. Cruza los dedos una y otra vez, para ver si con un poco de suerte, nadie se percata de lo que esconde. También camina con cuidado, no vaya a ser que mientras rebusca en los bolsillos, se le caiga algo, y alguien tenga que recogerlo, pues todo saldría a la luz, y no quiere enfrentarse a ello...