domingo, 13 de mayo de 2012

No todos los espejos son de cristal

Siempre han querido inculcarnos eso de que 'hay que ser uno mismo', que no debemos dejarnos influenciar por los demás, que debemos actuar guiándonos por nuestros impulsos, pero, ¿quiénes somos? ¿qué es aquello que nos impulsa realmente?
No sabemos quiénes somos hasta que vemos nuestro reflejo en la mirada de los demás. Buscamos aceptación, orgullo, apoyo o comprensión. A veces, las miradas reflejan mucho más que cualquier espejo, y eso es algo que aprenderemos poco a poco. Somos capaces de hacer cualquier cosa por encontrar aquello que buscamos en los ojos de los que nos rodean. Quizás te sientas más solo que nunca, más triste que nunca, pero harás lo imposible por mostrarte arropado y feliz, para que ninguna mirada pueda reflejar lo contrario.
Me refiero a la chica que se mira al espejo y se siente obesa, que seguirá adelgazando hasta encontrar la mirada de aceptación que busca, sin saber que así nunca la encontrará. Un ejemplo de tantos. El chico que oculta sus debilidades e inseguridades acosando a otros, que refuerza así su autoestima y busca ser aceptado, ser querido, ser mejor, ignorando que conseguirá justo lo contrario. La chica que no se siente guapa sin maquillaje, aquellos que lloran en silencio para que nadie les vea...
Las miradas nos reconfortan, muestran el reflejo de lo que aparentamos ser, pero no nos dicen que todo engaño tiene un fin, que nos acabarán descubriendo incluso si lo único que queremos es autoengañarnos, y, ¿sabéis por qué?
Porque tanto centrarnos en la mirada de los demás, nos olvidamos de lo que refleja la nuestra, porque a diferencia de los espejos, no solo muestran lo que tienen enfrente, sino que también dejan entrever todo aquello que queremos ocultar en nuestro interior.

4 comentarios:

  1. ¿Es acaso tu mirada el centro de ti misma? ¿Es la participación activa de tu forma de ser? ¿Es la transmisión universal de la compañía de tu cuerpo físico? Puede ser cualquier símbolo en la búsqueda de la libertad humana.
    Lo cierto es la sugerente y disciplinada observación que has hecho en este texto. ¡Bravo! Es la concepción de unos ojos que fascinan porque llevan el alimento del alma y su capacidad de observación es la pura identidad de tu extraordinario ser.
    La exploración ha sido constructiva, indagadora e impulsada por el instinto del más fiel de tus sentidos: la visualización.
    Sigue contemplando el mundo con esos ojos, bellos físicamente y traslúcidos espiritualmente.
    Para una joven es una transmisión verdaderamente profunda y muy relevante.
    Un beso

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  2. Se agradecen muchisimo como siempre, el tiempo, las valoraciones y los ánimos, sobre todo viniendo de un gran poeta, pensador y escritor como tú. Seguiré haciéndolo, un abrazo!

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  3. Una gran verdad la que muestra este texto, que muy a menudo la gente suele olvidar, algunos a propósito, otros por vergüeza y otros porque no les gustaría lo que verían en sus propios ojos.

    Hay mucha gente que olvida que mientras los labios quieren hacer escuchar unas palabras, los ojos nos transmiten la verdad, sólo hay que saber escucharlos, aunque, normalmente, estamos sordos a ellos.

    Como siempre, una gran relfexión Idoia, pues siempre consigues que la gente piense respecto a lo que escribes y cómo se identifica cada uno en esa corta pero intensa historia.

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  4. Me gusta mucho tu Blog;)
    A ver que te parece el mio jeje http://lennhead.blogspot.com.es/

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